A los bielorrusos Igos y Maria Soloyov sí que se les prendió el foco, iluminaron las ideas o como quieras llamarle, con este diseño de su bombilla fluorescente de bajo consumo, es del tamaño de una bombilla estándar y con una forma abierta muy similar al un cerebro humano proporciona una luz un poco mas disipada de lo normal, además de que seguramente va a llamar la atención de aquellos fijados que anden merodeando por ahí.
Fuente: designboom
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